Le encantaba ver cuando leía.
Le fascinaba de tal manera, que no movía un músculo para mirarla así... absorta.
Miró su reloj.
— Bien. Fue una lectura hermosa. Me voy, vida — la lectora volteó enarcando las cejas.
— Qué?
— Debo irme. Estoy en la hora.
— No. Hablaste de lectura, y tú no lees.
El hombre se acercó diciendo — Bueno... acabo de leer a una chica leyendo — y sonriendo concluyó en susurro — Y fue lindo.
Ella le miraba interpretando muy bien. Él se acercó más aún, y le besó, despidiéndose.
— Te amo —pronunció la lectora en bajita voz tras el cierre de la puerta.
Querido Iván, precioso poema lleno de amor y ternura, me encantó
ResponderBorrarAbrazos y te dejo un besito Poeta
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Un abrazo y un beso, Liz
BorrarQue bien que te haya gustado :)
Muchísimas gracias por la visita. Que tengas muy buen día 🏙