jueves, 6 de octubre de 2022

ANNABELLE

 
Kopper se detuvo. 
Los árboles se juntaban en sus copas, convirtiendo el camino en una larga caverna. 
Acto seguido, buscó un espacio para extender su manta y esperar el amanecer. El cansancio no se hizo esperar para pasar la cuenta. Pero un ruido interrumpió su sueño, poniéndolo en alerta. 
Cuando todo parecía estar bien, se acomodó nuevamente para continuar el descanso. Mas, apenas cerró los ojos, los ruidos volvieron. 
Cuál no sería su sorpresa, una joven mujer con la débil luz de una vela en su mano, estaba a tan sólo unos pasos. Kopper se irguió. — ¡Qué...  qué pasa! 

— Perdón. Vivo al terminar este camino. Se me hizo tarde, y... 
La chica bajó la mirada. La débil luz no lograba la nitidez de su rostro, pero, tampoco dejaba escapar toda su belleza. 
Kopper entendió perfectamente.
— Puedes quedarte. También decidí quedarme hasta que aclare.
— Gracias... — dijo, con una tímida sonrisa. Agregando que su nombre era Annabelle. 
El aventurero, recordó la manta que tenía de cabecera. La tomó, y ofreció. Annabelle agradeció nuevamente, la cogió y extendió cerca de él. 

Fueron horas magníficas. Surgió una plática formidable, amena, grandiosa.
Tal fue la confianza y el encanto, que ella se arrimó a Kopper, y este, aunque se sintió tentado a besarla, entró en profundo sueño. 

Llegó el nuevo día. Los ojos del hombre se abrieron, e inmediatamente buscaron a Annabelle.

— Annabelle?
Vió que la manta continuaba de cabecera dentro del bolso. De pronto se echó hacia atrás con ojos desmesuradamente abiertos. Una cruz de madera con un nombre: "ANNABELLE".
Un monolito de piedras y un manojo de flores, terminaron por confirmar que toda la noche había dormido apoyado en una tumba. La tumba de Annabelle. 
Kopper tembló. Un poco más, y la locura le habría llevado a su mundo. 

Una vez recuperado de la impresión, fue por unas flores. Las que abundaban alrededor. Con ellas cubrió aquel pedacito de tierra. Luego, dando un último vistazo, tomó su bolso y emprendió el camino bajo la sombra de aquellos grandes árboles. Los que pronto le protegerían del abrasador sol.







2 comentarios:

  1. ¡Hola!
    Antes que nada te felicito. Gran relato. Agobiante y aterrador.
    Me ha encantado el terror in crescendo del narrador. La ambientación ha logrado un clima opresivo de lo más inquietante.
    Saludos!

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    Respuestas
    1. Hola! .
      Muchas gracias, yessykan. Me alegra que haya sido de tu gusto. Aunque aún estoy editando ANNABELLE.
      Saludos!
      Que tengas genial tardenoche 🌆

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